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A 670 kilómetros de la costa continental de Chile se encuentra el Archipiélago Juan Fernández: un lugar que se caracteriza por sus aguas prístinas que albergan una gran diversidad de vida submarina y especies endémicas.

Conversamos con Daniel González, proveedor de los productos de Juan Fernández en Mi Caleta para saber cómo es dedicarse a este oficio. Durante la entrevista nos contó que la sustentabilidad está profundamente arraigada en sus prácticas y que, gracias a esa tradición, han logrado que la pesca no solo sobreviva, sino que conviva en armonía con la conservación y la protección de este lugar único.

¿Cómo es pescar en un lugar como Juan Fernández? ¿Crees que hay desafíos específicos que tienen ustedes que no son los mismos que enfrentan en otras zonas?

Claro. Nosotros somos un territorio especial porque nos encontramos dentro de un Área Marina Costera Protegida, donde la idea es proteger los recursos para el uso sostenible durante el tiempo. Nos caracterizamos por ser pescadores que han hecho las cosas bien durante años, tenemos una pesquería sostenible de langosta con más de 130 años.

Siempre tenemos un principio precautorio. Nos preocupamos de que lo que vamos a pescar, cómo y cuándo para poder hacerlo bien, porque nuestra intención es dejarles a las futuras generaciones los mismos pescados que comieron nuestros abuelos. Además, tenemos una lista de especies totalmente distinta del continente.

Hace poquito, a través de la Ley Bentónica, sacamos un Registro Pesquero Artesanal (RPA) para Juan Fernández, diferente al del continente. Con esto podremos pescar y comercializar otras especies disponibles que hasta ahora no podíamos capturar, así que estamos contentos.

Sobre la langosta, ¿qué medidas en particular son las que ustedes toman para que ese recurso hoy se encuentre en la condición de plena explotación?

Existe una veda biológica para resguardar su reproducción y otra veda indefinida para las langostas que están con huevos, es decir, si sale alguna en estas condiciones se devuelven al mar. Además, hay una talla mínima legal, que nos asegura que al momento de pescarla ya se ha reproducido varias veces.

En el Comité de Manejo también llegamos al acuerdo de una talla máxima, entonces la langosta muy grande tampoco se pesca, porque cumplen un rol importante: cuidan y siguen la ruta migratoria.

Es interesante que estas medidas no vienen directamente desde la autoridad, sino que ustedes también inciden en la toma de decisiones…

A diferencia de otras regiones, en Juan Fernández ha sido todo autorregulado y después la institucionalidad lo ha hecho norma.  En 1935 los viejos fijaron una talla mínima legal y restringieron el pescar hembras. Cuando nadie hablaba de sostenibilidad en el mundo, estos viejos ya lo entendían sin que existiera la palabra.

Otro ejemplo claro es que en Juan Fernández no usamos redes, solamente líneas de mano y espineles de 25 anzuelos, a diferencia del continente. Entonces, tenemos eso de no sobrepescar lo que la mar nos entrega.

¿Tú tienes una tradición de pescadores artesanales en tu familia? ¿Cómo llegas a esta práctica?

Yo soy de Juan Fernández. Mi papá y mi mamá y mis abuelos nacieron aquí. Vengo de al menos 4 o 5 generaciones de pescador. Mi papá fue dirigente del sindicato, mi abuelo fue dirigente del sindicato pescador y yo también, entonces, hay una tradición pesquera arriesgada en la familia.

¿Qué particularidades tiene la pesca de Juan Fernández?

Estas son las aguas más prístinas del mundo, se encuentran muy poco contaminadas y son muy abundantes en recurso pesqueros todavía. Los pescadores se preocupan de pescar bien, se han dedicado a cuidar y hacer ciencia. Somos una caleta de pescadores un poco distinta a las comunes.

¿Cómo llegan los productos de Juan Fernández al continente?

Hasta el momento cada pescador hace su proceso, pero se van con la embarcación que viaja dos veces al mes hasta Valparaíso. Llegamos a la región de Valparaíso y en menor medida a Santiago.

Me imagino que pesca artesanal es un motor económico para la isla…

La pesca artesanal abarca directamente el 80% de los ingresos de Juan Fernández. Somos una Caleta antes que una comuna y vivimos básicamente de la pesquería de langostas, ese es nuestro fuerte. No solamente de Juan Fernández, sino que también de las Islas Desventuradas o Robinson Crusoe, por ejemplo, que están casi a mil kilómetros hacia el norte. Para ir a pescar a esas islas las embarcaciones se van por seis o siete meses.

¿Qué especies se encuentran aquí?, ¿tienen épocas marcadas?

Básicamente somos pescadores de langostas, es el fuerte. En el caso de mi empresa trabajamos con breca, vidriola, jurel o bacalao, pulpo. No es tanto por temporada, sino que lo que vaya entregando la mar. A veces tú quieres ir a pescar vidriola, pero sale jurel. Depende mucho de lo que vaya saliendo, es relativo.

¿Algo que te gustaría destacar del trabajo de la pesca artesanal en Juan Fernández?

Mi mensaje para las personas es que prefieran la pesca artesanal, no solo de Juan Fernández, sino que de cualquier lugar de Chile.

Encuentra los productos de Mar de Juan Fernández en la región de Valparaíso y la región Metropolitana en www.micaleta.cl

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