Historias de Caleta: la experiencia de Carolina Paté en Puerto Gala

  • Aunque la pesca es la principal actividad económica de Puerto Gala, los residentes todavía enfrentan desafíos asociados a la difícil logística para llegar a la localidad.
  • Carolina participó de un plan piloto de comercialización que les permitió llegar con su pesca a distintos puntos del país, entre ellos Mi Caleta.

Llegar a Puerto Gala no es fácil: la única alternativa es por vía marítima y dependiendo del punto de salida escogido puede significar un viaje de hasta 18 horas. La historia de Puerto Gala es reciente y, como suele pasar en las regiones, solo ha recibido atención en contadas ocasiones: la primera de ellas en los años 80 cuando, motivados por la abundancia de locos y merluza, llegaron pescadores de todo el país a explotar los recursos sin ninguna medida de manejo y preservación.

La segunda fue en 2005, cuando Carolina Paté a los 10 años se convirtió en un símbolo del abandono que sufrían las comunidades rurales. En una visita del alcalde de Puerto Cisnes se encontró con Carolina llegando a la escuela en una pequeña balsa de plumavit: después de hacerle algunas preguntas, uno de sus colaboradores sugirió tomar una foto y enviarla a los medios de comunicación regionales.

Tan potente fue la imagen que rápidamente se hizo conocida a nivel nacional y, aunque el relato tenía algunas imprecisiones, causó gran revuelo en la zona y fue un impulso para mejorar las condiciones de Puerto Gala. Su historia movilizó a las autoridades y puso a esta olvidada localidad en el mapa de prioridades de la época.

Hoy Carolina tiene 29 años y se dedica a la pesca artesanal, tal como lo hizo su papá y como todavía lo hacen sus hermanas, amigas y esposo. Es lo más frecuente en un pueblo que todavía vive en gran parte de la pesca de la merluza, aunque de a poco aparecen nuevas alternativas motivadas por un proyecto turístico que busca dar relevancia a la belleza del archipiélago.

La pesca artesanal no es el oficio más sencillo y cualquier persona que se acerque un poco a conocer la rutina de quienes se desempeñan en esta área puede comprobarlo. Carolina dice que es difícil a lo largo de todo el país, pero en Puerto Gala se suman otros factores: “Acá el valor de mercado es muy malo, el pescador hace todo el trabajo y es mal pagado. En esta caleta la única forma de llegar es vía marítima y eso limita que lleguen compradores a la localidad, que es una de las mayores productoras de merluza del sur en la región, junto con Puerto Gaviota. Aquí hay recursos, pero no llegan muchos compradores porque la logística es complicada y al final no logra ser rentable”.

Una apuesta por el valor de la pesca artesanal

Con el objetivo de apoyar la venta de productos del mar agregando valor a su proceso, las organizaciones Oceana, Future of Fish Chile, Gobernanza Marino Costera FAO/GEF y autoridades locales y regionales, propusieron una estrategia de comercialización a la comunidad de Puerto Gala durante 2023.

La idea fue implementar y desarrollar un plan piloto que permita a los pescadores contar con un sistema de comercialización y trazabilidad alternativo para sus productos, pese a los desafíos que supone el aislamiento geográfico, las condiciones climáticas y las distancias que presentan con los puntos de venta.

Además de ayudarlos a sortear las dificultades propias de la logística, el programa ofreció un enfoque que resultó interesante para Carolina. “Este proyecto nos ofrecía darle valor a la identidad, porque los productos van con un código QR donde el comprador final puede ver el nombre de la embarcación e incluso un video de la persona que capturó su pescado. Para nosotros es muy bonito porque generalmente uno vende el recurso y lo embarca en una lancha, pero no sabes a donde llega”.

Este programa piloto permitió que los pescadores y pescadoras de Puerto Gala pongan a prueba en dos oportunidades toda la logística que requiere producir un producto con valor agregado y, con el apoyo de las organizaciones involucradas, la merluza austral llegó a distintos puntos del país para su comercialización, entre ellos Mi Caleta.

Sobre la continuidad del proyecto, Carolina señala que el objetivo es instalar las capacidades en la comunidad para que puedan seguir: “Tenemos un par de pilotos programados para este año y la idea es que cuando se terminen ya contemos con las herramientas para liderar de manera autónoma, haciendo el proceso completo sin el apoyo de organizaciones”.

Mujeres en la pesca artesanal

De acuerdo a información de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, las mujeres representan el 25,7% inscrito en el Registro Pesquero Artesanal (RPA) y según las actividades que realizan, 22584 son recolectoras, 580 armadoras, 7526 pescadoras y 60 buzas.

Para Carolina, ser mujer en la pesca hace tiempo dejó de ser un tema en Puerto Gala e incluso considera que hay igualdad de género: “Tenemos mujeres con la misma fuerza y la misma garra que los hombres. Hay chicas que salen de aquí y van a hacer campamento a otros lugares para sacar recursos. Yo pertenezco a la Asociación Gremial Mujeres Tejiendo Redes y ahí si vemos varias historias de compañeras que sí se encuentran con dificultades para adaptarse a sus caletas o sindicatos, pero acá es diferente».

En primera instancia, los productos de Puerto Gala fueron procesados por la planta Patagonia Tierra y Mar y pronto estarán nuevamente disponibles en Mi Caleta.

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